jueves, 26 de enero de 2012

El miedo al sol....... Mata!!! (Vitamina D)


En los últimos años el respeto que todos debemos tener a la hora de exponer nuestro cuerpo a la radiación solar se ha transformado en algo paranoico por parte de muchos profesionales de la salud, olvidando que el Sol ha participado en nuestro desarrollo como especie a nivel biológico, interactuando con nuestro organismo en reacciones fisiológicas como las mediadas por la vitamina D o la melanina.

En los últimos tiempos se ha dado a conocer el papel estelar de la vitamina D en múltiples funciones encimáticas. Tejidos como la próstata, cerebro, hueso o epitelio tienen en ella un elemento fundamental, y su déficit, nos predispone hacia el cáncer de próstata o colon, la artritis reumatoide, la diabetes tipo 1 (insulinodependiente), esclerosis múltiple, osteoporosis o inflamación crónica de bajo grado, entre otras.

Hasta hace unos lustros, sólo se la tenía en cuenta para diagnosticar el raquitismo en niños o la osteomalacia en adultos, siendo su valor mínimo de referencia 14 nanogramos por decilitro en sangre. Sin embargo, los estudios de intervención realizados en los últimos tiempos dicen que los niveles de vitamina D más seguros para evitar los importantes procesos que mencionábamos anteriormente, deben estar por arriba de 40 ó 50 nanogramos por decilitro, y nunca menos de 32.  Lo curioso es que los valores de referencia de los distintos laboratorios, hacen caso omiso a estas investigaciones y siguen empleando los 14 nanogramos como nivel mínimo.

Las estimaciones hechas sobre la posible incidencia de la hipovitaminosis D en la mortalidad general de la población, hablan de 15 a 25 veces más casos por déficit de vitamina D, es decir, por no tomar el sol que por melanoma. Por tanto, y sin volvernos locos a achicharrarnos como costillas en una parrilla, es bueno tomar algo de sol 3 ó 4 veces por semana en brazos y piernas. La exposición al astro rey, dependerá de la latitud geográfica, época del año y tonalidad de la piel, existiendo tablas y páginas en la red que te valoran los tres parámetros y te dan la resultante en tiempo de exposición recomendado. No obstante, lo de sentido común es tomar el sol hasta ponerte de color rosa, sin llegar nunca al rojo.

Por su parte la suplementación con vitamina D, se va haciendo necesaria en mayor cuantía, a medida que vamos alejándonos del Ecuador en el mapa, ya que a mayor latitud, tanto norte como sur, serán menos los meses con una buena exposición solar. También, se debe suplementar a aquellos que a pesar de vivir en zonas con mucha luz solar, no se exponen a la misma.
a lamisca..

Tampoco debemos olvidarnos de la relación entre toma de vitamina D suplementada y mejora del rendimiento deportivo.
En fin, que las exageraciones nunca fueron buenas, y recomendamos una exposición moderada al sol, previa a la crema de protección solar, que no debe hacerse en horas centrales del día ni por mucho tiempo. Debemos desmitificar el poder dañino del astro rey y empezar a verlo como un aliado en salud y no como una amenaza.

miércoles, 25 de enero de 2012

SEPA SI SU DIETA ES SANA



Rellene esta encuesta de manera anónima y envíenosla para que conozca si sus hábitos alimenticios son los correctos o si por el contrario podrían estar generándole sintomatología.

No olvide ser sincero y contestar la verdad.

Puede colgarla en comentarios o si lo prefiere envienosla de modo confidencial a estarbienventura@gmail.com

Encuesta!!!!


SEXO------

EDAD------

PESO-----

ESTATURA------

ENFERMEDADES PASADAS RESEÑABLES------

ENFERMEDADES ACTUALES RESEÑABLES-----

TRATAMIENTOS MÉDICOS QUE SIGUE EN LA ACTUALIDAD-----

EXPOSICIÓN A CONTAMINANTES, PESTICIDAS, ETC-----

¿Cuántas VECES A LA SEMANA COME PESCADO AZUL?----

¿Cuántas VECES A LA SEMANA COME OTRAS VARIEDADES DE PESCADO?----

¿Cuántas VECES A LA SEMANA COME CARNE ROJA (VACUNO O CERDO)?----

¿Qué NÚMERO DE VECES A LA SEMANA COME CARNES DE OTRO TIPO?----

¿Qué NÚMERO DE VECES SEMANALES CONSUME VERDURAS O ENSALADAS?-----

¿Cuántas PIEZAS DE FRUTA CONSUME AL DÍA?----

¿Cuántas CLASES DIFERENTES DE VERDURAS CONSUME?----

¿Cuántas CLASES DE FRUTA DISTINTA CONSUME?----

¿Cuántos HUEVOS COME A LA SEMANA?----

¿Cuántos PANES COME AL DÍA?----

¿Cuántos SÁNWICHES COME AL DÍA?----

¿Cuántas VECES A LA SEMANA CONSUME PASTA?----

¿CON QUE FRECUENCIA SEMANAL COME OTROS PRODUCTOS ELABORADOS CON HARINA, DEL TIPOBIZCOCHOS, PIZZAS, PASTELES, GALLETAS, ETC?----

¿Cuántos DÍAS A LA SEMANA COME DULCES, CHUCHERÍAS, BOMBONES, CHOCOLATES O GOLOSINAS?----

¿CON QUE FRECUENCIA SEMANAL CONSUME PRODUCTOS LÁCTEOS?----

¿Cuántos VASOS DE LECHE DE VACA BEBE AL DÍA?---

¿CONSUME OTRO TIPO DE LECHE? ¿Cuál?----

¿Cuántos VASOS DIARIOS TOMA?----

¿CON QUE FRECUENCIA SEMANAL CONSUME REFRESCOS?-----

¿Cuántos ZUMOS DE BOTE CONSUME AL DÍA?----

¿CONSUME ALCOHOL? ¿Qué TIPO DE BEBIDAS Y CON QUE FRECUENCIA?-----

¿Cuántos VASOS O LITROS DE AGUA BEBE AL DÍA?-----

¿CON QUE FRECUENCIA CONSUME FRUTOS SECOS Y CUALES?-----

¿FUMA? ¿Cuántos CIGARRILLOS DIARIOS?-----

¿Cuántas VECES A LA SEMANA REALIZA EJERCICIO?----

¿Cuántas HORAS DUERME CADA NOCHE?----

¿Cuántos CAFÉS TOMA AL DÍA?

¿ Cuántas INFUSIONES TOMA AL DÍA?

¿ Cuántas VECES EN LA SEMANA COME LEGUMBRES?

miércoles, 18 de enero de 2012

Nueva perspectiva en el dolor crónico


¿Cuántas veces, los profesionales sanitarios y en especial los fisioterapeutas, nos hemos visto desarmados ante el dolor crónico?
Los pacientes llegan con dolor de repetición en una misma zona, o con sintomatología migratoria, pero de las mismas características en una parte que en otra. Nuestras armas habituales, en mi caso las derivadas de las terapias manuales, fundamentalmente, alivian, en mayor o menor medida, los síntomas, pero existe una base de dolor y signos asociados, que no llega a desaparecer del todo, o si lo hace vuelve a las primeras de cambio. A menudo, el más mínimo esfuerzo, un disgusto o el cambio de climatología sirven de reenganche al proceso. Estas personas suelen ser encasilladas en patologías reumáticas de complicado diagnóstico específico, principalmente la fibromialgia,  o bien se achaca a los hallazgos de una resonancia magnética la justificación de la sintomatología, aunque en la calle podamos encontrarnos a miles de personas con los mismos  o parecidos signos radiológicos y sin síntomas. Una tercera opción es el recurso de la somatización de algún trauma síquico.
Nos limitamos a parchear sus agudizaciones del proceso y esperamos una respuesta que los reumatólogos tampoco son capaces de darnos.

Pero si examinamos los mecanismos de la inflamación, veremos que el sistema inmune, nuestro ministerio de defensa particular, está implicado en la mediación de los procesos inflamatorios, es decir, que es él quien permite la evolución e involución de la inflamación en el conjunto de nuestros tejidos. Por ello, cualquier activación del sistema inmune, bien por inducción hormonal, estrés, alergias, o reacción contra moléculas extrañas como en muchos casos de impermeabilidad intestinal  pudieran ser las de algunos alimentos, sin olvidarnos, claro está, de los ataques de virus o bacterias; puede provocar la activación de la inflamación de manera sistémica, es decir, en el conjunto del organismo. Esta puede presentarse de manera subclínica, sin signos evidentes, pero facilitando la aparición de brotes en articulaciones, fascias o músculos con estímulos pequeños. Para este fenómeno se ha acuñado el término inflamación crónica de bajo grado. Quizá, el alivio de los síntomas dolorosos que algunas personas experimentan cuando bajan de peso, no tiene que ver tanto con la desaparición del estrés mecánico, como con la eliminación de activadores del sistema inmune por vía oral. Y puestos a teorizar, la realización de ejercicio físico ayuda a regular la sensibilización a insulina, así como el mecanismo de las grasas y al propio sistema inmune, así que no sería disparatado pensar que la actividad física regular, disminuye la inflamación y con ello el dolor, pero no sólo por simple compensación de cadenas musculares, sino por mecanismos fisiológicos y bioquímicos. En cualquier caso, no dejan de ser conjeturas. Lo cierto es que las investigaciones demuestran la relación evidente entre los hábitos y la inflamación y en especial algunos alimentos guardan un patrón inflamatorio que mejora cuando se eliminan de nuestra dieta por un tiempo prudencial. También es frecuente ver como muchas de estas personas padecen problemas en otros aparatos o sistemas como el digestivo o el respiratorio, que no dejan de responder a un patrón, igualmente, inflamatorio.
En la práctica, he podido observar como un cambio en los hábitos alimenticios combinado con medidas de cierre de la barrera intestinal, pueden provocar una disminución de la actividad de puntos gatillo miofasciales, disminución del dolor postural, reducción de la zona álgida en la espalda, etc. Evidentemente, estos cambios no se producen de manera rápida ya que requiere su tiempo revertir el proceso, pero aquellos que llevan sufriendo mucho tiempo no les supone un gran problema cambiar su manera de comer durante 6 u 8 semanas, sobre todo si el resultado final es positivo.

 Es factible que un porcentaje importante de casos dados por imposibles, si tengan una solución al fin y al cabo.

viernes, 13 de enero de 2012

A la carrera!!!!!


Parece que todo el mundo se ha puesto a correr. Multitud de carreras de fondo y ultrafondo, duatlones, triatlones, etc, se han puesto de moda. Pero, si bien es un motivo de alegría que al personal le de por hacer una actividad física, ¿Cuántos de ellos lo hacen sin ningún tipo de control, asesoramiento o guía en lo que a entrenamiento, equipación o alimentación se refiere?

Lo primero que debería realizarse antes de empezar nuestro camino en la senda del deporte en general, es una revisión médica lo más completa posible, aunque años atrás hayamos sido grandes deportistas. Si nunca o en los últimos años no hemos hecho nada, es obligatorio comprobar nuestro estado antes de comenzar a meternos caña.

Es bueno unirse a algún club o grupo que cuente con algún profesional licenciado INEF que nos dirija en la metodología de entrenamiento, no obstante si somos lobos solitarios, siempre le podemos pedir su opinión, haciéndolo extensible al material de entrenamiento, calzado, indumentaria, etc.

No estaría por demás una visita al podólogo, el hecho de que no nos hayan dado problemas nuestros pies hasta ahora, no significa que al someterlos a cargas a las que no estén acostumbrados no se resientan y por ello es mejor prevenir con unas plantillas que corrijan nuestro apoyo, evitando lesiones del propio pie o de otras partes de nuestro aparato locomotor.

En cuanto a la nutrición, destacaremos dos características. Por un lado el consumo de hidratos de carbono debe ser elevado, por otro el uso de antioxidantes será necesario. Los carbohidratos de alta carga glicémica, deben reservarse para el periodo inmediatamente  próximo a la prueba y durante la misma. Los Carbohidratos de baja carga glicémica, en cambio, los tomaremos habitualmente controlando nuestra necesidad de ellos en función del entrenamiento y de nuestras características personales, aumentándolos en nuestra dieta en el periodo de carga, de uno a tres días previos a la prueba y cuya duración estará determinada por la exigencia de la misma. El restringir los carbohidratos de alta carga al periodo cercano y de transcurso de la prueba, evitará los dientes de sierra de la glucosa con subidas y bajadas intensas y facilitará la oxidación de grasas con el consumo de los de baja carga el resto del tiempo.

Por su parte, los antioxidantes, si bien hay investigación suficiente para afirmar que no favorecen la ganancia muscular, en el caso de los maratones y ultramaratones, se hace necesario para proteger la salud del deportista, sometido a una oxidación máxima, con el perjuicio que ello supone. Está indicada pues la suplementación de un complejo antioxidante con dosis a determinar en cada caso y periodo.

En lo que se refiere a la hidratación, la vigilaremos desde el periodo de carga, aumentándola junto con los Carbohidratos de baja carga glicémica. En el periodo previo a la prueba comenzaremos a beberla a dosis no muy altas, unos 200 mililitros de cada vez, distanciando las tomas de 10 a 15 minutos, para consumir entre 1 y 1.2 litros a la hora aproximadamente. Estas necesidades aumentan en función de la temperatura, sudoración y exigencia de la prueba. Debemos tomar bebidas compuestas por agua, sales minerales y aminoácidos ramificados, fundamentalmente. Si consumimos sólo agua corremos el peligro de sufrir trastornos que pueden llevarnos a situaciones de peligro.

Finalmente debemos tener en cuenta la ventana metabólica que es el periodo de tiempo que va desde el fin de la competición hasta los 30 minutos siguientes, donde la reposición de los depósitos de glucógeno por parte del músculo es más intensa y por ende debemos contribuir tomando hidratos de carbono, bien en forma de gel o como frutas.

martes, 10 de enero de 2012

ENGORDAR, UNA CUESTIÓN DE ¿CANTIDAD O CALIDAD?


Es difícil determinar cuando empieza el sobrepeso o cuando lo hace la obesidad, porque depende de múltiples factores que nos hacen pensar que en cada persona serán unos indicadores diferentes. No es lo mismo un anciano que un joven, o una persona de estructura ósea sencilla que otra que no lo es. Pero, por estandarizar, usaremos el índice de masa corporal que sale de dividir el peso en kilogramos entre la altura en metros al cuadrado. Así, un hombre de 81 kilos que mide 1.80 metros, tendrá un índice de masa corporal de 25, resultado de dividir 81 entre el cuadrado de 1.80. Se establece que entre 25 y 30 de índice de masa corporal se llamará sobrepeso, de 30 a 35, obesidad grado 1, de 35 a 40, obesidad grado 2, y más de 40, obesidad mórbida. Estas cifras están referidas a hombres, para las mujeres usaremos de 1.5 a 2 puntos menos de valoración de su índice de masa corporal para determinar su nivel de peso. Así, la obesidad mórbida para ellas comenzará a partir de 38 y no de 40 como en el caso de los hombres. De algunos de los mecanismos que nos llevan a extralimitar esas barreras del sobrepeso y la obesidad, trata el presente texto.

Parece claro que cuando rompemos el equilibrio entre gasto e ingreso calórico a favor de este último subimos de peso. ¿Pero es todo tan sencillo como que si gastas menos de lo que consumes engordas y viceversa?

En principio podemos decir que dos dietas con idéntica carga calórica, pero elaboradas con porcentajes de macronutrientes diferentes causarán efectos distintos en cuanto al peso se refiere. Esto se debe, fundamentalmente, al efecto termogénico de los alimentos, es decir, al gasto energético que requiere su proceso de digestión. Así tenemos que las proteínas tienen un efecto termogénico mucho mayor que los hidratos de carbono, por lo que una dieta en que predominen las primeras, a base de carne, pescado y huevos, tendrá un efecto más eficiente sobre el control del peso que otra con las mismas calorías donde las pastas, harinas y cereales sean los predominantes.

Especial cuidado tendríamos que tener también con los alimentos de elevada carga glicémica, esto es, los que producen una elevación de la insulina debido a su poder para aumentar la glucosa en sangre.  La insulina controla el proceso de almacenaje de las grasas en el adipocito, así como su ausencia provoca la acción de la lipasa en la liberación de los ácidos grasos a sangre.  Cuando tenemos una dieta con alta carga glicémica, terminamos por producir un síndrome de resistencia a insulina, donde ésta se muestra inefectiva para descender los niveles de glucosa, alterando de camino el metabolismo de las grasas, donde también interviene como hemos visto.  Por tanto, los azúcares, las harinas, las pastas, los refrescos o los cereales, si se toman a diario o constituyen la base de nuestra dieta, directamente, alterarán el funcionamiento de nuestro metabolismo, dificultando la oxidación de las grasas y provocando el aumento de  la proporción de estas en nuestro organismo.

Otra causa de obesidad es la acción de algunos antinutrientes como las lectinas, presentes en cereales y sus derivados, o en las solanáceas como tomate, papa, pimiento o berenjena.  Las lectinas interfieren en la acción de las leptinas, encargadas de avisar al cerebro del llenado de los adipocitos. Las leptinas son liberadas cuando el adipocito llega a un nivel de grasas, se une a un receptor que la transporta hasta el cerebro y la reacción de este es apagar la sensación de hambre. Sin embargo, cuando las lectinas están presentes, son ellas las que bloquean a los receptores y las leptinas se quedan flotando en la sangre sin cumplir su misión, mientras la sensación de hambre nos hace seguir comiendo. Incluso, si el bloqueo persiste, puede llegar a inducirse la reacción exploratoria, que en las sociedades primitivas era de búsqueda  de alimentos y en la nuestra podríamos identificarla como una conducta ansiosa relacionada con el deseo de comer a todas horas.  En cuanto a las solanáceas, hay que decir, que su nivel de lectinas depende mucho de la manera de prepararlas. El tomate, cuanto más maduro, menos lectinas tendrá. La papa tiene su carga de lectinas en la piel y zona más superficial. En lo que hace referencia a las berenjenas y pimientos, no hay estudios significativos al respecto. Por su parte los cereales, no presentan variación en el número de lectinas según su manera de cocinarlos, siendo siempre alto.

La inflamación crónica de bajo grado, producida por la activación continua del sistema inmune se relaciona con alteraciones como el síndrome de resistencia a insulina y o la la obesidad con grasa en la región abdominal, ligada a vísceras, mucho más peligrosa que la subcutánea. El proceso inflamatorio, necesario para la reparación y restauración del organismo, puede tener una expresión subclínica, es decir, sin síntomas aparentes, que se da en cualquier tejido de nuestro cuerpo. Esta inflamación crónica de bajo grado, mediada por el sistema inmune, como cualquier inflamación, puede ser activada por la dieta, fundamentalmente, el estrés, o el uso de senobióticos como el alcohol o pesticidas.

Finalmente, aunque podríamos seguir mencionando otras causas, nos referiremos a una por carencia. El déficit de ácidos grasos omega 3, presentes en el pescado azul principalmente, es causa de obesidad. Los omega 3 inducen la acción de transcriptores que, por un lado, facilitan la oxidación de grasas, y por otro, impiden la transformación de los preadipocitos en adipocitos maduros. De esta manera, podemos decir, que los omega 3 influyen en la obesidad cuando están ausentes en la dieta, ya que su presencia impide la formación de grasa nueva y hace quemar la que ya tenemos.

Como esperamos que haya quedado claro, no sólo de la cantidad de calorías que consumamos depende nuestro peso, además, la composición de nuestra dieta, el tipo de alimentos, la acción de los antinutrientes, o el estrés; y otros que no hemos nombrado como el consumo de alcohol, fármacos, o el sedentarismo, constituyen un conjunto de procederes que podríamos resumir como de estilo de vida insano, que en mayor o menor medida nos llevan a un aumento paulatino de nuestro peso.